El anciano, el ser más representativo del hogar ya no puede valerse por sí mismo y esto genera una gran responsabilidad para sus familiares. Llega el momento, de honrar a aquel
los que nos dieron la vida, nos cuidaron y nos protegieron. Si bien, muchas familias sienten recelo y desconfianza al encomendar la protección de su ser querido. Por otro lado, saben que no pueden atender las necesidades especiales que el familiar ahora requiere. Entonces, ¿Qué mejor que dejarlo en manos de especialistas?
El bienestar del “abuelito de la casa” debe estar a cargo de un personal capacitado y oportuno para atender aspectos tan delicados que van desde lo externo como el cuidado de la piel y de la luz hasta lo interno como es su estado anímico y espiritual. Un personal idóneo que brinde a nuestros abuelitos tiempo, esfuerzo, dedicación, correspondencia y esencialmente amor, sentimiento vital para la mejora de su salud y perspectiva de vida.
Entre otros cuidados comprenden la nutrición, el ejercicio, evitar prácticas dañinas para la salud y la atención a los factores de entorno, deben ser continuos. Y finalmente considerar el conocimiento técnico en la aplicación de procedimientos y técnicas de enfermería para el suministro de medicamentos y la alimentación, entre otros, pueden marcar la diferencia.
Son pocos los que pueden lograr armonizar todas estas cualidades de la atención en un solo servicio. Nosotros hemos procurado que sea así y es una política de la empresa que nuestras enfermeras irradian hacia las familias y a sus seres queridos. Ofrecer un servicio personalizado adaptado a las necesidades del paciente y brindar una calidad de vida hasta el último momento son el signo distintivo de Mi Enfermera.
